lunes, 30 de mayo de 2016

Intolerancia a la Lactosa

¿Qué es la lactosa?


La lactosa es un azúcar que está presente en todas las leches de los mamíferos: vaca, cabra, oveja y en la humana, y que también puede encontrarse en muchos alimentos preparados. Es el llamado azúcar de la leche,(C12, H22,O11) disacárido natural compuesto de glucosa y galactosa.

¿Qué es la Lactasa?


La lactasa es un enzima producida en el intestino delgado, que juega un papel vital en el desdoblamiento de la lactosa (proceso necesario para su absorción por nuestro organismo) en sus dos componentes básicos: glucosa y galactosa. Si los niveles de lactasa son bajos o ésta no realiza bien su labor desdobladora, aparecen dificultades para digerir la lactosa.


¿Qué es la intolerancia a la lactosa?


La intolerancia a la lactosa significa que no hay suficiente enzima (lactasa) en el intestino delgado para romper toda la lactosa consumida. La lactosa digerida parcialmente o no digerida pasará al intestino grueso y es allí que es descompuesta por las bacterias del intestino grueso, generando las sustancias de desecho Hidrógeno (H2), Anhídrido carbónico (CO2), Metano (CH4) y ácidos grasos de cadena corta que provocan todos sus síntomas: dolores, hinchazón abdominal, diarrea, etc. También es conocida como intolerancia a productos lácteos, deficiencia de disacaridasa, deficiencia de lactasa, intolerancia a la leche.


¿Qué síntomas intestinales directos provoca?


Los síntomas se presentan frecuentemente después de la ingestión de productos lácteos.

  • Náuseas
  • Dolor abdominal
  • Espasmos
  • Hinchazón y distensión abdominal
  • Gases abdominales y flatulencias
  • Diarreas ácidas
  • Heces pastosa y flotantes
  • Defecación explosiva
  • Vómitos
  • Enrojecimiento periana

¿Qué otros síntomas inespecíficos puede causar? 


Al existir una alteración de las mucosas intestinales también pueden producirse una serie de síntomas 
inespecíficos en cualquier parte del cuerpo.
  • Abatimiento
  • Cansancio
  • Dolores extremidades
  • Problemas cutáneos
  • Alteraciones de la concentración
  • Nerviosismo
  • Trastornos del sueño 


¿A que razas afecta más?


Parece que existe una clara relación causa-efecto con el hábito de tomar leche. Aquellos pueblos que han sido tradicionalmente "ganaderos", que se han alimentado generación tras generación de la leche de los animales, presentan menos casos de intolerancia a la lactosa que otros pueblos no acostumbrados a su consumo.
La mayoría de la población mundial adulta tiene déficit de lactasa, excepto la población del norte y centro de Europa.







¿Qué tipos de intolerancia existen?


1. Intolerancia primaria genética o hipolactasia adquirida (LNP Lactase-nonpersistence)
GENÉTICA, PROGRESIVA E INCURABLE

Se produce una pérdida progresiva de la producción de la lactasa, y por tanto una pérdida gradual de la capacidad de digerir la lactosa. 

Suele darse a lo largo de la vida en ciertos grupos étnicos y tiene una causa genética. La personas con esta intolerancia van notando como la ingesta de leche les causa cada vez más síntomas. Más del 70% de la población mundial padece de esta intolerancia. Cuando es de carácter primario/genético no existe curación posible porque el individuo no recupera el enzima y los síntomas sólo se alivian con la suspensión de los productos lácteos en la dieta. La intolerancia a la lactosa no es peligrosa y es muy común en los adultos, quienes en su mayoría al llegar a los 20 años de edad muestran algún grado de intolerancia.

2. Intolerancia secundaria
TEMPORAL Y CURABLE

La disminución de la producción de la lactosa es secundaria, ya que esta provocada por un daño intestinal temporal que tiene otra causa (ver posibles causas). Una vez la persona está curada y cuando la mucosa intestinal se ha regenerado, desaparece la intolerancia a la lactosa. 

Posibles Causas:

  • Después del destete, la cantidad de lactasa producida se reduce si el niño no está continuamente expuesto a la lactosa a través de su dieta. Por eso es importante introducir la lactosa de forma gradual. Al principio el bebé sólo puede digerir el calostro (agua rica en proteínas, sales minerales y factores inmunológicos). Después éste se va enriqueciendo con lactosa y lípidos hasta dar lugar a la leche definitiva. La leche de la madre se va haciendo más completa al ritmo de las enzimas del bebé. Es por tanto el organismo el que aumenta o disminuye las enzimas según sus necesidades, un desajuste en este proceso es el que provoca esta intolerancia infantil.
  • Problemas intestinales provocados por virus, bacterias o parásitos.
  • Celiaquía (enteropatía inducida por el gluten)
  • Enfermedades intestinales (Chron)
  • Intolerancia a las proteínas de la leche de vaca
  • Malnuitrición ligada a una diarrea prolongada
  • Operaciones quirúrgicas del intestino delgado
  • La toma de ciertos antibióticos 
  • Situaciones de malnutrición (anorexia o bulimia)

3. Intolerancia congénita o hipolactasia congénita (CLD Congenital lactase deficiency)
GENÉTICA, DE NACIMIENTO E INCURABLE

Esta es una forma muy rara de intolerancia, provocada por un defecto congénito o genético. Se han detectado muy pocos casos en el mundo, la mayoría de ellos en Finlandia. Es imprescindible
prescribir una dieta sin lactosa al lactante para evitar lesiones y complicaciones graves en su desarrollo.


¿De qué métodos de diagnóstico disponemos?


A. Test de hidrógeno en el aliento (método más utilizado)

Al paciente se le suministra una solución con lactosa (25-50g de lactosa en 200-400ml de agua) y a intervalos posteriores de tiempo de 15 minutos se le hace soplar unas bolsas herméticas/instrumento indicador/probetas de donde se recogen muestras. Cuando los azúcares no digeridos son transportados al intestino grueso, las bacterias presentes allí lo utilizarán como alimento y crearán hidrógeno como producto de desecho. El hidrógeno es absorbido por el caudal de sangre y expedido en la respiración. El hidrógeno detectado en la respiración indica que el azúcar ha entrado en el intestino grueso no habiendo sido bien absorbido en el intestino delgado. Se debe constatar un aumento del hidrógeno en la respiración tras la ingesta de la lactosa y en base al resultado se determinará su grado de intolerancia. Esta prueba también se realiza valorando además la presencia de Metano para evitar así posibles falsos positivos.

B. Test sanguineo de sobrecarga de lactosa

Primero al paciente se le hace una extracción de sangre para conocer su glucemia basal (nivel de glucosa en sangre inicial). Después, como en el test del hidrógeno, se le suministran 100 gramos de lactosa en una solución con agua. Seguidamente pasados 60 y 120 minutos se toman de nuevo muestras de sangre. Si no se produce la liberación de la glucosa -por la ausencia de la acción de la lactasa que debería estar en el intestino- no se produce una absorción de la glucosa al torrente sanguíneo a través de la pared intestinal y por tanto no se incrementa el nivel de glucosa en la sangre y por tanto se puede decir que existe una intolerancia a la lactosa. Se puede afirmar que existe intolerancia a la lactosa si la glucemia (nivel de glucosa en sangre) después de la toma de la lactosa no sube más de 14,4mg/dl (0,8mmol/l) respecto al valor basal (inicial).

C. Biopsia del intestino delgado

Las muestras de una biopsia del intestino delgado pueden obtenerse por EGD (esófagogastroduodenoscopia) u otra endoscopia del tracto gastrointestinal superior. Se introduce un tubo flexible de fibra óptica (endoscopio) a través de la boca o nariz hacia el tracto gastrointestinal superior. Las muestras de tejido obtenidas durante la endoscopia son enviadas al laboratorio para ser examinadas. Se constata la presencia o no de lactasa en la mucosa intestinal.


D. Test genético 

Estudios recientes establecen que la actividad de la lactasa está asociada a la presencia de dos polimorfismos identificados en el gen MCM6. Este método consiste en extraer y amplificar el ADN de una muestra -de sangre o saliva del paciente- , continuando con un protocolo de hibridación en tira para así detectar la presencia de los polimorfismos C/T 13910 Y G/A 22018 en personas no intolerantes. 

El resultado práctico final son una serie de bandas coloreadas sobre una tira que se interpretan con ayuda de una plantilla. En función de las distintas combinaciones que se encuentren, se puede determinar si un paciente es intolerante a la lactosa o no.

¿Existen diferentes niveles de intolerancia?


La sensiblidad a la lactosa puede variar ampliamente, -algunas personas notan sus efectos de forma inmediata tras consumir pequeñas cantidades, mientras otras tienen un umbral de sensiblidad más alto y es más difícil de observar su relación causa-efecto-. 

Dependiendo del nivel de intolerancia, cada persona tolerará una cantidad más o menos alta de lactosa al día. Hay personas que permanecen de forma asintomática toda su vida sino sobrepasan una determinada cantidad de lactosa al día. Así nos encontraremos con personas que toleran perfectamente los quesos (que contienen si son curados muy poca lactosa) o los yogures (dónde gracias a sus bacterias parte de la lactosa se ha convertido en ácido láctico) y en cambio presentan síntomas claros al ingerir un vaso de leche. Cada persona debe conocer cuál es su nivel de tolerancia. La sensibilidad puede también cambiar con el tiempo y con el estado general de salud. Un episodio agudo de diarrea, causada por una infección, puede reducir temporalmente los niveles de lactasa y hacer más sensible a la lactosa de forma temporal.




¿Por qué es importante detectarla y tratarla rápidamente?


Porque la lactasa es una de las enzimas intestinales más delicadas y vulnerables. Si seguimos tomando lactosa, se agrandará la lesión en la mucosa intestinal y se producirá un círculo vicioso: lesión de la mucosa/mala absorción de lactosa que será cada vez más difícil de solucionar.

¿Cómo vivir con la intolerancia?


La falta de leche en la dieta puede producir falta de Calcio, Vitamina D (necesaria para la absorción del Calcio), Riboflavina y proteínas. Las complicaciones más comunes son la pérdida de peso y la malnutrición. Por tanto, resulta esencial consumir otros productos ricos en estas sustancias, así como las dosis diarias recomendadas de vitamina A, C, Fósforo, Magnesio i Potasio (los cuáles ayudan a la absorción del calcio).

Fuentes alternativas de obtención:

  • Calcio: Sardinas, salmón, tofu, gambas, col, espinacas,...
  • Vitamina D: Aunque la crea el propio organismo cuando se expone al sol, una rica fuente es el hígado de bacalao.

Principales restricciones


La principal medida a seguir es limitar la ingesta de leche y, en menor medida, la de sus derivados (queso, yogur, etc.),  ya que estos, al sufrir un proceso de fermentación, disminuyen su contenido en lactosa. Puede comenzarse con una 

restricción estricta de la lactosa e ir aumentando hasta llegar al nivel de tolerancia que nos corresponda. En el caso de limitación total se deben evitar, además de la leche, los quesos, yogures, flanes, natillas y demás postres lácteos, helados, quesos cremosos o no fermentados, puddings, panes elaborados con leche, salsas a base de leche, bebidas lácteas...

Es aconsejable leer atentamente las etiquetas de los productos, ya que la lactosa también se encuentra en alimentos preparados en forma de suero, sólidos o fermentos lácticos, proteínas lácticas, caseinato o lactoglobulinas. La lactosa también se puede encontrar como excipiente en algunos fármacos, por lo que se recomienda comprobar la cantidad contenida en cada comprimido, aunque su contenido es tan pequeño que no suele presentar síntomas.

Sin embargo, el lactato, el ácido láctico y la lactoalbúmina, presentes en muchos productos empaquetados o en conserva, no contienen lactosa.


Alternativas a la leche  



(http://www.fundaciondelcorazon.com/nutricion/dieta/1331-dieta-intolerancia-a-la-lactosa.html, revisado por María GarrigaDietista-Nutricionista del Servicio de Endocrinología y Nutrición y de la Unidad de Fibrosis Quística del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid)


En la mayoría de los casos, medidas entre 100 y 200 ml de leche (5-10 gr de lactosa) al día suelen ser bien toleradas. Si se consume esta cantidad es recomendable fraccionarla en varias tomas a lo largo del día y acompañada de otros alimentos.

La leche de soja es una buena alternativa a la leche
Como la leche es la principal fuente de calcio de la dieta, resulta muy importante asegurar una buena ingesta de este mineral por medio de otros alimentos alternativos:

  • Leche baja en lactosa. Se puede utilizar para la elaboración de platos como croquetas, bechamel o postres caseros.
  • Leche de soja.
  • Quesos fermentados y curados.
  • Legumbres.
  • Frutos secos.
  • Algunos pescados, como sardinas, boquerones con espinas, berberechos, mejillones, etc.
  • Si fuese necesario, también se pueden tomar suplementos orales de calcio.

Para mejorar la absorción del calcio debemos evitar:

  • Bebidas carbonatadas (ricas en fosfatos).
  • Algunas verduras, como las espinacas o el ruibarbo, que son ricas en ácido oxálico y dificultan la absorción del calcio.

El calcio necesita para absorberse la presencia de vitamina D, que se encuentra principalmente en huevos y pescado. Otra buena forma de conseguirla es una exposición controlada a los rayos solares, ya que contribuyen a la síntesis de vitamina D bajo de la piel.






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